Poesía y otras drogas
Cuando el espíritu engancha a palabras olvidadas y las tiene sutiles y regocijadas, cuando la mente traduce lo que llevamos dentro sin necesidades de huir, sin miedos de perecer, la poesía vendrá como un valiente salvador y nos haga subir en las nubes hasta que veamos el mundo, pequeño, tan pequeño que nos demos cuenta de que ya nada vale la pena, nada, sólo el amor, y confiar en sí mismo.
Cuando la pluma tiene voz
Aquí encontramos a pedazos de palabras, fragmentos de poesía, talleres y artículos sobre lo imprescindible que es comunicar, y lo importante que fue y seguirá siendo, el poder de las vulnerables palabras que pueden curar las enfermedades más viciosas de la humanidad.
La Dama En Rojo
Un poema de Nadir Kateb
Fue allí,
Escondida de bajo una sonrisa de demonio
Alineada un diamante masivo
Y un corazón,
una Pradera,
Una dulzura deplorando la furia del mar...
Fue allí en absoluto toda,
Con sus lágrimas y heridas,
Con su riqueza y su fracaso,
Con las flotantes olas;
Silencio,
Ausencia,
Y el dolor cuidado de una ligera ignorancia .
Ya no era esa chica
Engañada por la cobardía del tiempo
Seducida por un viento malsano
un Látigo
Una lección
Una cicatriz que eliminaba un autumno muriendo ...
Ella estaba allí en rojo
Agazapada en un banco
sonrió, porque
Había cumplido su misión.
¡Cuando nos sobran besos!
Besos liquidados por reforma
En la tienda de tu enfermo ser
Amores en rebajas, totales y parciales
Pecados inventados por placer
Y vendidos a diez reales
Todos los errores que cometí
En la noche se me vuelven a aparecer
Como la virgen aquella noche de verano
En el puerto de Santander
Como tus mentiras de algodón y de piel
Como tus caricias frías que siempre he recibido
Como todas esas escaleras que no pude subir
Y todas esas amarguras que he bebido
Besos por nada
Baratos, muertos, envenenados
Besos brutos e incultos,
Sin descanso ni parada
Porquerías en liquidación
Perdidos en el desagüe del bajo mundo
Un mundo sin ilusión
En los oscuros rincones del cuarto
Véndeme tu cuerpo ardiente y abierto
Dame tu alma silenciosa de obsequio
Soy la noche que te libera de tus males
Te liberaras por encima de mi pecho contento.
Véndeme tu ardor y tu silencio
Háblame de tus risas de antaño
Cántame tus primeras veces
Soy la noche que te quita todo daño
En los tenebrositos recuerdos
En las indescifrables risas
En los manoseos invalides y muertos
En los fines te abriré puertas
Soy la noche quieta
Soy la diosa de deseo
Soy la sombra de pasión
Que te engancha y te quita
Al Fuego del seductor amor
Que te tiene en prisión